Hace tiempo que ando pensando un poco en la conducta de la gente hacia otra gente…
Cada vez que miro a mi alrededor contemplo malos gestos, desprecio, mentiras, marujeos, muerte… ¡Para que luego digan que el humano es el ser racional!
Cuando estoy en la parada del bus, muchas veces me voy fijando en la gente que pasa, y la gente echa unas miradas de desprecio y superioridad a los que pasan cerca de él/ella impresionantes.
Las mentiras también son un pilar muy fuerte en la sociedad, aparte de la de los medios y la política, hoy en día la gente no quiere más que aparentar ante otros, yo tengo dinero, tengo pareja, soy feliz… pues chico/chica es lo que hay cada cual tiene lo que tiene tampoco hace falta que vayas alardeando de todo, que hay un dicho que dice “dime de que presumes y te diré de que careces”.
Pero los que hoy se llevan la pera son ¡los cotillas!
Esas personitas que ni te hablan o que ni te saludan por la calle o como de los que no quieres saber nada pero que luego son los primeros en observar,en entrar en las redes sociales, en ir preguntando por ahi sobre ti, para ver lo que haces para luego ir contándolo por ahí o para comparase con sus “estupendas” vidas…y aunque se den cuenta que en ciertos aspectos puedes ser mejor ellos van a seguir criticándote. ¿Pero porque si no quieres saber nada de una persona la espías?
¿Y que decir de las marujas de barrio? Esas que no conoces pero luego le van a la familia y le dicen tu nieta esto, tu hija lo otro, y piensas ¿de ir por la calle andando sacan esas conclusiones tan raras?
También tengo que decir que no todo el mundo es malo, aunque en momentos pensemos que si, la gente cambia o los enfados pasan y podemos ver con otros ojos. Un ejemplo el mío, que con el tiempo volví con antiguos amigos y me di cuenta que volvía a encajar en algún sitio, en el sitio que hacía un tiempo encajé.